Último recurso.
Evitó la muerte en el desierto de Holgan, atravesó el río
Muil, cuyas aguas atemorizaban incluso a expertos navegantes. Luchó contra el
gusano de fuego de las minas de Dafenis y contra Molut, el león de piedra de
las montañas de Rosnel. Finalmente, recorrió las laderas de Rucentes, donde
tendría que acabar con el tritón de Llacabo y recuperar de sus entrañas el
cuerno de Kíglar. Una vez en su poder, podría devolverle la vida a una persona,
pero debería escoger entre su hija y el único guerrero que podría acabar con el
mal que asolaba su tierra.
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