viernes, 6 de agosto de 2021

Mi experiencia en LLEC segunda parte

 

Esta entrada la escribí mara matizar y complementar la anterior entrada. En LLEC el 17/9/2020. publicaciones vas a vender libros.


 

¡¡¡Buenas amigos de LLEC!!!

En mi anterior publicación hablé sobre la participación en los grupos y la consecuencia más directa: darte a conocer. En esta ocasión quiero realizar unos pequeños matices (que creo necesario, según mi impresión de las reacciones) y comentar el modo en que entiendo que se debe interactuar para llegar a una relación sana con los demás.

Como dije la anterior ocasión, mi experiencia me dice que hay que interactuar con los demás para que te conozcan. Esto se puede interpretar como que hay que reaccionar a todas las publicaciones y hacer comentarios a todo lo que se te pasa por delante sin siquiera leer las primeras frases. Esto está muy alejado de lo que yo he hecho y a lo que me refiero.

Según mi experiencia, la interacción siempre ha de ser sincera y habiendo leído y comprendido el contenido a comentar o a reaccionar. De nada sirve, por ejemplo, ir dando corazones a poemas si no te gusta el género porque te pueden descubrir y evidenciar tu interés egoísta. ¿Cómo puede ser eso? Pues quizás alguien te pregunte y tú respondas con sinceridad que no te gusta la poesía. Lo mismo ocurre con los comentarios, han de ser sinceros y sin exagerar los halagos. Cada uno es consciente, más o menos, de cómo escribe y, sobre todo, los autores principiantes como yo sabemos que no somos unos expertos. Por lo que si realizas un comentario tipo “Eres un escritor magnífico” no vamos a creer que nos hayas leído, a menos que hagas un comentario sobre el argumento de nuestra novela. Es posible hacer un comentario exagerado y que sea cierto, pero eso es muy muy poco habitual.

¡Pero yo quiero que vender mi libro! Lamento decirte que si ese es tu fin, por lo menos, a corto plazo, así no lo conseguirás. Para eso invierte en publicidad y si tu novela atrae y gusta, irán leyéndote poco a poco.

Quiero advertirte de que si tratas de “imponer” o mostrar tus libros mediante comentarios en publicaciones ajenas y sin venir a cuento (aunque sea de forma amable) conseguirás el efecto contrario, te reconocerán como un listillo que quiere vender a toda costa. Y por favor, si pides opiniones de tu libro directamente a alguien, ofrécelo gratis. No intentes que alguien pague por darte una opinión que tú pides.

Pero… ¿cómo consigo opiniones? Las opiniones y reseñas llegarán interactuando y dándote a conocer. Poco a poco irás relacionándote con compañeros de grupo que seguro se convertirán en amigos gracias a tus escritos, comentarios sinceros y coincidencia en gustos y hobbies. Pero llegarán gradualmente con el tiempo.

Una cuestión que mi conciencia me pide sacar a la luz es el intercambio de reseñas pactado, es decir, tú me reseñas, yo te reseño. Esta práctica consigue reseñas rápidas, pero no sinceras, porque seguramente tratarás de ensalzar a quién te va a reseñar y viceversa. El interactuar y conocer gente te lleva a interesarte por su trabajo, de modo que llegaréis a leeros de forma natural y sincera. Sin pacto previo y sin poner en un compromiso a alguien que nunca te leería de no ser por el pacto. Por cierto, en el blog de LLEC tenemos una sección dedicada a las reseñas, Llecturas (Puedes proponer novelas a reseñar o enviar tus propias reseñas literarias).

Otra advertencia muy importante que quiero hacer es que no por darte a conocer vas a gustar. Es muy, muy difícil que todas tus publicaciones tengan reacciones o comentarios debido al gran catálogo diario. Pero si,  a menudo, nadie te contesta, dejan de leerte o te ignoran, puede ser que no guste tu trabajo o caigas mal por tu forma de expresarte o cualquier otro motivo. A través de las redes sociales, en muchas ocasiones, se malinterpretan los tonos con los que se habla, puede que ese sea tu problema. Pero veo muy difícil que no le gustes a nadie, como veo muy difícil que gustes a todo el mundo.

Otro matiz referente al anterior artículo es que yo he conseguido ser leído interactuando, pero no he conseguido cientos, o miles de lectores. Quizá entre una decena o dos de lectores fieles. Y me refiero a lectores de mis relatos en el grupo. Lectores de mis libros los puedo contar con los dedos de las manos. Y no me quejo, solo quiero que entendáis que no por interactuar y darte a conocer vas a poder ganarte la vida escribiendo. Necesitarás muchos años de práctica y lectura para llegar a ser uno de los grandes y otros tantos para que te conozcan. Puede ser que tengas mucha suerte y triunfes con tu primer libro, pero eso es prácticamente imposible. Si buscas eso en grupos como este, no te crees ninguna expectativa o acabarás desanimado, desilusionado e incluso puede que llegues a renunciar.

Creo que ya he aclarado todo lo que quería matizar, pero os dejo el mensaje que pretendía transmitir la anterior ocasión.

Interactuando conseguirás compartir la pasión que sientes por la escritura, conocerás a personas con las que poder ayudaros mutuamente y crecer. Te lo pasarás muy bien en los retos, debates y propuestas. También puedes compartir con todos una reseña literaria que hayas escrito tras una lectura apasionante… Y después de todo eso llegarán los lectores fieles, las reseñas y algunas ventas.

Mucho ánimo y ¡¡¡arriba la escritura!!!

 

Mi experiencia en LLEC primera parte.

Este fue mi primer aporte como moderador de LLEC, el 5-9-2020

¡Hola amigos de LLec!

Quería aportar algo de valor en mi primera publicación desde que soy moderador del grupo y creo que puede ser muy útil para muchos lectores y, sobre todo, escritores lo que he aprendido de un tiempo hasta ahora.

Para los que no me conozcan, que serán muchos, soy escritor novel. Mi segunda novela se titula “En Tiempos de Muerte”, seguro que habrás visto más de una vez la portada. Cuando entré en el grupo lo hice para promocionarme, conocer opiniones de mis escritos, aprender y mejorar. Tardé unas semanas en publicar un microrelato y apenas obtuve uno o dos me gusta como respuesta. Continué publicando más, a pesar de la poca interacción que obtenía, pero con menos frecuencia. Seguía visitando el grupo y aprendiendo de los artículos del blog, leyendo alguna que otra reseña y sobre todo empapándome de las preguntas que otros autores realizaban. Todo prácticamente en el anonimato. Un buen día, comencé a participar en los retos, me encantó la experiencia y, además, comencé a recibir alguna que otra solicitud de amistad. Pero no fue hasta que cambié el chip cuando de verdad noté que me estaban prestando atención. ¿Qué hice? Pues muy sencillo: comentar todo aquello que leía y me gustaba, básicamente los retos y algún que otro relato y pregunta. ¿Qué sucedió? Que interactué yo en vez de esperar a que lo hiciesen conmigo. De esa forma, al hacer un comentario (sincero, por favor) estás llamando la atención de esa persona y, en definitiva, te haces visible. Con el tiempo te recuerdan y, si gusta tu obra o forma de ser, se interesan por ti. Al principio da mucha pereza, y vergüenza en ocasiones, pero te aseguro que a corto plazo irás descubriendo una serie de personas estupendas con las que charlar, compartir consejos, opiniones, dudas y muchas risas.

Le pongo el punto y final a este pedazo de parrafada con el mensaje que quiero dar, y es tan simple como que interactuéis entre los miembros del grupo. No os quejéis si no os comentan un relato si vosotros tampoco lo hacéis, empezad vosotros y veréis como se os devuelven sin tener que pedirlos. Leed relatos, y veréis como os leen los vuestros. Participad de los retos, debates y juegos, veréis como os dais a conocer.


Cómo creé al inspector Hernández y a sus compañeros en "Matar al Verdugo"


Esta fue una entrada para el Grupo LLEC sobre la creación de los tres inspectores principales de mi próxima novela "Matar al Verdugo" el día 9 de Junio de 2020


#personajesliterarios

Mis planes han cambiado, pensaba comentar algo sobre Álex Torres por un lado y sobre Seb Damon por otro.
¿Qué me ha hecho cambiar de opinión? La publicación de JL Prieto sobre su personaje Álex Torres. Al verla he pensado: “Es verdad, habla tú también de lo tuyo, que pareces tonto”. Y ahí voy. Os voy a comentar cómo son y cómo he creado a los inspectores de Policía que protagonizan mi futura novela ”Matar al verdugo”, sobre todo de “El agente Hernández”.
El agente Hernández” es un relato que escribí cuando me propuse atiborrar mi blog semana a semana con pequeñas historias que me sirviesen de aprendizaje (Al final tenéis el relato).
El relato trata simplemente de una persecución policial en las calles de Málaga en Semana Santa con un final peculiar, por llamarlo de algún modo. En él retrato a Hernández, un policía decidido, valiente y eficaz que no le importa saltarse las reglas con tal de lograr su objetivo.
Este año, tras descansar de escribir novelas, decidí qué historia, de las múltiples que tengo en mente, plasmar para presentarla al PLAS, si me da tiempo (Error: PENSAR con la cabeza. Y no escribir lo que me pedía el cuerpo).
Me decidí por una de asesinatos en serie y ¿qué es de una novela policial sin un policía que investigue? ¿Una crónica de muertes consecutivas? Puede ser. Al comenzar con la escritura de la investigación del personaje tuve que buscarle un nombre. Entonces se me encendió la bombilla y pensé: “¡Coño, que pedazo de idea!” meto aquí al agente Hernández. Comienzo a avanzar la historia, añadiendo matices personales al personaje, y, por llevar los asesinatos a otra provincia, necesité crear otro inspector. ¡Inspector! Con el mismo rango que Hernández. Hasta ese momento lo llamé agente en todo momento y no me gustaba la idea de llamar a un inspector, inspector, y al principal, agente, como si el narrador no supiese su rango. Por lo que tras consultar con David Lorén Bielsa sobre la utilización de la palabra agente, decidí renombrarlo a “El inspector Hernández”, aunque me doliera en el alma sustituir agente por inspector. También necesitaba darle un nombre de pila, por lo que pasó a llamarse Juan Hernández. El personaje que necesité crear lo hice similar a Hernández, pero más decidida, más inteligente y más preparada físicamente, la inspectora Sonia Guzmán. Continué con los sucesos criminales y, como la vez anterior, necesité otro personaje: el inspector Julio Campos. Esta vez, para variar, le asigné unos atributos opuestos a Hernández. Es noble, algo ingenuo y amable, siempre trata de ser cortés y tener mano izquierda. Hernández es más directo y Sonia Guzmán está entre ambos. Lo que comparten los tres es la pasión por su trabajo, aunque de maneras distintas. Por cierto, Hernández, Guzmán y Campos están solteros, si hay algún interesad@ no os perdáis sus investigaciones, ¿quién sabe? puede surgir el amor.
Relato: “El agente Hernández” sigue el siguiente link: