Este es un relato de ejemplo para un reto del que fui anfitrión. Primero había que elegir un color y un número de las tres cajas de cada tipo sin saber en qué consistía el reto. Por privado se enviaban las instrucciones y el día que comenzaban las publicaciones se desveló el reto. se trataba de adaptar una escena archiconocida de la literatura a otro género. a mí me retó JL Prieto al nómero 3 / azul. Es decir, Don juan tenorio (Declaración de amor) / Género LGTB. Aquí está el resultado. 6/5/2020
Dr. Tenorio.
—¿Dónde vais Inés?
—Dejadme salir Juan
—Su padre estará deseoso de ver a su hijo.
—¿Hijo, enfermera?, ¿acaso ha sido hombre alguna vez la
señorita Inés? Descuide, estará tranquilo con el mensaje que le he enviado.
—¿Qué le decíais doctor Tenorio?
—Que su hija por fin vive en el cuerpo que le corresponde,
que le daré el alta en cuanto me lo permitan las suturas, en cuanto su alma y
su ser se alineen por fin y pueda vivir en paz consigo misma.
Oh, ¿no es verdad Inés, mi amor,
que al despertar en observación,
con tu cuerpo nuevo, el mundo parece mejor?
¿Que tras estos largos vendajes
se esconden sensaciones
de orgullo y mucho valor?
Oh, paloma mía,
mientras mis manos ardían
dándole forma a tu nuevo yo,
mi corazón latía
por poder sentirte mía
en cuanto salieras de la habitación.
Que por fin mi mente y deseo
Concuerdan con tu cuerpo
y podremos saciar nuestra pasión.
Oh, princesa mía,
Al fin ha llegado el día
En que te levantes y te sientas viva
Como si de tu madre salieses este día.
—¡Oh, Juan, gracias por todo!
Gracias por darme valor
antes de la intervención
y por su gran labor
como sanador de almas,
pues salvó la mía
que tanto entristecía
el físico que atrás quedó.
Que con sus palabras y sus hechos
de amor me llenó el pecho
y con su afilado bisturí
Y sus hábiles manos
mi ser ha moldeado.
Oh, Juan, mi amor,
gracias por completar
lo que no pudo dios.
—¡Doctor tenorio, ahí viene su padre!
Escóndala en otra habitación,
Pues el alta no le daré.
Si ocurre esa aberración estará en peligro
su vida y nuestra relación.
—Oh, Juan, eso no ocurrirá,
pues, antes de que me atrape,
en el cielo el balcón nos unirá.
—De eso nada amada mía,
hablaremos con tu padre
en cuanto amanezca el día.
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